REPORTAJES
RESTAURANT CABALLO DE MAR
Cuando nació Pedro, en 1989, dejaron de viajar y se asentaron en un terreno que el padre de Francisca había comprado en la orilla de la playa Cau-Cau, al lado de la de Horcón. Ella y Alvaro ya estaban decididos a construir un restorant y levantaron Caballo de Mar con sus propias manos.
Para llegar a él hay que bajar una empinada escalera, la misma por la que trasladaron todos los materiales de construcción. Todavía recuerdan los 600 ladrillos del piso."Cada vez que venían amigos, tenían que bajar cinco ladrillos para ayudarnos", cuentan. Se demoraron tres años en terminar el restoran, diseñado y construido completamente por ellos. El resultado es un acogedor y rústico local, con amplios ventanales para disfrutar de una vista que solo puede tener un lugar cuando está literalmente a la orilla del mar.
En cuanto a la comida, el matrimonio se abastece de pescados y mariscos frescos en la cercana caleta de Horcón. Esperan a los pescadores para comprarles sus productos antes de que se bajen de los botes. Entre las preparaciones de Francisca destacan el cebiche peruano, el cebiche mixto, la corvina a la tailandesa y la sopa Caballo de Mar que, a diferencia de muchos caldos marinos, evita el exceso de conchas para favorecer la abundancia de camarones, ostiones, machas, pulpos y locos en un concentrada de pescado y especias secretamente guardadas. Las recetas son ideas originales de Francia, quien ha fusionado secretos de la cocina peruana, mexicana y española para obtener un estilo propio.
Francisca vive probando nuevas combinaciones de salsas y cocciones. Para saber si estos serán o no del gusto de los clientes, Francisca y Alvaro-que se reúnen todas las noches de luna llena con los amigos que tiene en el litoral central- hacen una degustación de las nuevas creaciones cuando les toca ser los anfitriones. Este ambiente familiar se mantiene intacto cuando el restorant abre al publico. Francisca y Alvaro reciben personalmente a sus poco numerosos comensales. "La idea fue abrir el restorant para poder vivir aquí, en un lugar propio cerca de la playa. No aspiramos a hacernos millonarios con este trabajo. No queremos crecer. Queremos ser chiquitos porque nuestro objetivo es la calidad y no la cantidad", explica Francisca.
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